La Confianza te dice: «Deja ya de complacerte en dramatizaciones. Acepta hacer lo que te parece justo y no te quedes paralizado en lo que quisieras que fuese justo. Lo que te parece injusto no lo conviertas en un veneno que esparces a tu alrededor y en el que tú mismo te pones a macerar marchitándote.»
No lo comprendes todo, no lo dominas todo; acepta eso también. La comprensión y el dominio no llegan sino cuando la voluntad de dominación se ha apagado. Entonces, avanza en ti resueltamente, deja de pisotear la tierra que está bajo tus pies con todo tu peso. Todo tiene su razón de aparecer, de ser y de transformarse. El único bien desperdiciado, la única ocasión perdida es no amar al otro, a las circunstancias, a la vida. Es eso lo que nos mantiene en la periferia de nosotros mismo y nos hace dar rodeos.
Y tú, ¿no estás cansado de esos rodeos que has inventado cuando te rebelabas contra lo que acontecía?
Extracto del libro: la morada del resplandor, daniel meurois-givaUdan