¿QUIÉN ES RESPONSABLE DE MI SALUD?

Información extraída del canal de Telegram “Difusión Josep Pamies” y publicada aquí sin modificar.


Desde hace tiempo estoy observando que las personas delegan la responsabilidad de su salud a otras personas. Por ejemplo, es muy frecuente, cuando preguntas a un hombre mayor: ¿Y qué medicación toma?, que el responda: – “Lo sabe mi mujer”. Así como cuando se tiene que dar la información sobre una sospecha diagnostica grave, la persona responda: – “Mejor hable con mi familia”. Del mismo modo, no solo se delega la responsabilidad del cuerpo sino se exige que alguien nos de la salud. Como por ejemplo, una persona con gota del pie, con alegría pide darle las pastillas para desinflamar la articulación, pero cuando dices que quizás, también tendría que revisar su dieta, no se lo toma con tanta alegría.

¿Por qué tenemos miedo ser dueños de nuestro propio cuerpo? Es como si yo tuviera una casa preciosa en Binibèquer Vell al lado de la playa, y por miedo de no saber cuidarla bien, la delegara a mi vecino a cuidarla. 

Del mismo modo, delegamos nuestra salud a los Hospitales, a los médicos, a los enfermeros, al Estado, a la Organización Mundial de Salud, a Ib- Salud, a los seguros médicos, a las Consejerías de Salud. Creen que estas instituciones pueden cuidar de nuestra salud mejor que nosotros mismos? Nos conocen?  Y si estuviéramos todos sanos, que harían estas instituciones sin enfermos?

Otro tema doloroso es la muerte. ¿Conocen alguna persona que tranquilamente se está preparando para la muerte y muere en paz en su casa rodeada de los seres queridos? ¿O es más frecuente morir en el hospital rodeado de gente extraña con sentimiento de soledad y sufrimiento? ¿Qué ha pasado con nosotros que estamos tan desconectados de los procesos fisiológicos y naturales?

Creo, que la actual crisis sanitaria por Covid, pone a prueba nuestras creencias sobre la salud, la enfermedad y la muerte. Nos recuerda la impermanencia del cuerpo y nos dirige a recordar que salimos de la naturaleza y volvemos a ella. Quizás, si nos reconciliáramos con el hecho de que somos una pequeña parte de la naturaleza y del Universo, no tendríamos tanto miedo a los virus, a la enfermedad o a la muerte. Y viviríamos, lo que tengamos que vivir, en paz y amor al prójimo.

Un saludo, Nadiya Popel, médico de familia y comunitaria.

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